Amables lectores, a los guachacas se nos ha acusado injustamente de ser un movimiento personalista de la misma naturaleza del régimen norcoreano, el castrismo, el chavismo e incluso el piñerismo y el bacheletismo. Quiero desmentir tal calumnia en forma tajante.

Primero que todo, esos movimientos se caracterizan por su verticalidad. Los guachacas, en cambio, propiciamos las relaciones horizontales, cariñosas, pero siempre con consentimiento y protección, porque así se pasa mejor.

Segundo, en los personalismos no hay espacio para la crítica. Pero Su Santidad Dióscoro Rojas siempre se ha dado el tiempo para acoger todos los cuestionamientos y demostrar que están totalmente errados.

Y tercero, los cultos carecen de alternativas de conducción viables en caso de ausencia del líder. Pero nuestros biotecnólogos vienen perfeccionando desde hace años técnicas de clonación que nos permitirán contar con una réplica exacta del Guaripola en el 2030. Y por si eso no resulta, contamos con excelentes embalsamadores.