Como andan planificando “una locura”, no encontraron nada mejor que ir a ensayar allá. Aquí cuentan de qué se trata esa cosa tan inusual en la que se metieron y cómo va a estar su presentación en la Cumbre, en un rato más.

La grandiosa banda coquimbana ha estado más de una vez en nuestra cumbre, pero esta vigesimoprimera versión es especial porque los vikingos del Norte Chico están cumpliendo 50 años. Ninguno de los actuales integrantes pertenece de la camada original de 1969, pero sí son sus legítimos herederos musicales y sanguíneos, en algunos casos. Edson y Ángel Núñez son hijos de Onofre “Chagua”, el fundador y prócer de la cumbia nacional.

En este medio siglo que abarca a dos generaciones de Viking’s, el grupo ha hecho escuela, ha vendido cientos de miles de discos (literalmente), han grabado más de mil temas y, siguen más productivos que hormiga en anfetaminas.

Hablamos con los hermanos Núñez y el pianista de la banda, Franco Cortés, a horas de tocar en la 21ª Cumbre Guachaca.

—¿Cuál es el secreto para cumplir 50 años todavía vigentes?

ANGEL: La gente. Es la gente la que decide. Tú le presentas canciones, tu trabajo, y finalmente es ella el verdugo que decide si continúas tocando, recorriendo Chile. No sabemos el secreto. Subimos al escenario, nos entregamos por entero, como si fuera la última tocata de nuestras vidas, y eso se ve reflejado en el público. Además de que esta cumbia está en el ADN del pueblo chileno, entonces la escucha un niño de ocho y un viejito de 80.

—¿Qué tiene Coquimbo, que ha sido cuna de tanto grupo tropical, incluidos ustedes, que siguen radicados allá?

FRANCO: Coquimbo tiene sabor a Viking.

EDSON: Es el hecho de ser puerto. Además, en Coquimbo había una boîte muy conocida que se llamaba El Mogambo y ahí, en los 50 y 60, venían bandas de Cuba, traían los discos de orquestas cubanas antiguas y eso como que se mezcló con la gente de Coquimbo y empezaron a salir grupos como los Cumaná, los Viking’s 5, Los Bucaneros.

—¿El nombre “Viking” tiene relación con los piratas o algo así?

ÁNGEL: En Escandinavia, “vikings” significa “hombres del Norte que van a conquistar territorios”. Pero el nombre es algo fortuito. El año 69, ellos (los miembros originales) debían ir a grabar al sello y no tenían nombre. Tuvieron que ponerse de acuerdo. Eran cinco integrantes y cada uno proponía algo: Los Aces Azules, Marea Brava… Decidieron hacer una tómbola. Echaron papelitos con las propuestas, quedaron en que la tercera era la vencida y a la tercera salió “Los Vikingos”. Después en el sello lo cambiaron a Viking’s 5, porque estaban de moda los nombres in inglés y ellos eran cinco. No tiene ninguna relación con piratas, sino que fue al azar, como se han dado muchas cosas en la carrera de los Viking’s 5.

 

¿CUMBIA SINFÓNICA? SÍ, ESCUCHÓ BIEN

La génesis del nombre será recreada con lujo de detalles en una obra de teatro que abrirá el megaespectáculo con que los Viking’s celebrarán su medio siglo este 31 de mayo, en el marco de otro importante aniversario, los 152 años de Coquimbo. Será un show gratuito de tres horas, en el Barrio Inglés, a todo trapo. Parten a las 20:30 con la pieza teatral y siguen con cumbia jazz y cumbia sinfónica. Sí, los éxitos vikingo-tropicales junto a una orquesta sinfónica (que suelen tener más de 80 músicos). Es primera vez que se hace en Chile, aseguran ellos, así que lo piensan grabar en DVD.

Le preguntamos a Mario Zúñiga, productor del proyecto sinfónico, cómo suena el combinado: “Bien, poh. Es una locura la que se va a hacer”, contesta. De hecho, harán el ensayo general el 23 de mayo, en el Hospital Psiquiátrico de Santiago, específicamente en el Teatro Grez.  “Esperamos que no se quede ninguno de los Viking’s ahí”, echa la talla Mario. “En el fondo, va a ser una fusión entre la música sinfónica y lo que son los Viking’s 5, que es la cumbia guachaca clásica”, agrega.

Después van a salir de gira por Chile con la novedosa propuesta, que le lleva éxitos como “El barco en la bahía”, “Tus besos son”, “Un año más” y “La vaca blanca”.

Los vikingos no paran de grabar.

MAESTROS DE LOS MILLENNIALS

—Doctores del ritmo, ¿qué opinan de la cumbia nueva?

EDSON: Felices con esa cumbia nueva.

ÁNGEL: Gracias a esa cumbia nueva estamos vigentes, porque los cabros que la escuchan son millennials e investigan. ¿Este ritmo de dónde viene? Se van hacia atrás y nos encuentran a nosotros, ya que las bandas que se arman en Chile tienen dos escuelas: la Sonora Palacios, con los bronces, y los Viking’s 5, guitarreros. Y los nuevos grupos sacan un poco de acá, un poco de allá.

—¿Han visto mayor interés en su música desde que empezó ese movimiento?

FRANCO: Mucho. Los grupos nuevos nos llaman para grabar con ellos.

EDSON: Hemos compartido escenario con Villa Cariño, con nuestro amigo El Macha, de Chico Trujillo… Con distintos grupos. Hay un respeto mutuo. Nosotros también los respetamos mucho, a pesar de que son bandas con menos años, porque son sólidas musicalmente.

ÁNGEL: En junio sale la nueva producción de los Viking’s 5, que se llama “50 años, 50 cumbias”, y hay varios feat. con artistas como Luis Jara, Manuel García, los Gondwana,  Santa Feria, los niños del Bloque 8… Se está armando.

—¿Ya se están preparando para cumplir 100 años?

ÁNGEL: Obvio, pues. Tenemos un semillero. Estamos cumpliendo 50 y queremos cumplir 50 más. Nos fuimos al Colegio de Artes Claudio Arrau, en Coquimbo, y seleccionamos ocho niñitos de entre 10 y 14 años, que van a hacer la cumbia del futuro de los Viking’s 5.

EDSON: Suenan bien los cabros. Tocan cuestiones de los Viking’s en el mismo estilo, pero con su propia forma. Van a estar en el show del 31 de mayo.  

Además del semillero, los vikingos se caracterizan por incorporar a sus hijos, que luego toman el relevo. Ángel y Edson son un ejemplo de eso. Los dos siguieron los pasos de su papá, el Chagua (ya fallecido) y del tío, Juan Núñez, otro de los fundadores, que hoy está radicado en España. “Yo ingresé el año 85, después entró mi hermano y ahora, mi hijo, la tercera generación. Y así va renovándose. Queremos que los Viking’s 5 sean una institución”, cuenta Edson. El retoño de Franco también tocó durante un lustro en el grupo, pero debió abandonarlo porque los estudios lo llevaron al extranjero. Ángel comenta: “La idea siempre ha sido que, si algún niño tiene la inquietud y las capacidades, ingresa a la banda, porque esto es una cosa patrimonial”.

—¿Cómo es tocar con el hijo?

EDSON:  Bonito. Yo lo viví como hijo y ahora lo vivo como padre, y como hermano. Es una bendición estar con la gente de tu sangre en esto que ya es una institución musical.

 

LOS CLÁSICOS QUE AMAMOS

—Para terminar, venerados compipas, ¿cómo se viene su presentación en nuestra Cumbre? ¿Qué van a tocar?

FRANCO: Obviamente los clásicos.

ÁNGEL: Es que la gente quiere escuchar clásicos cuando se trata de bandas tradicionales. Eso es lo que hacemos acá. Renovado, con una nueva propuesta, una nueva puesta en escena, mucha interacción con el público, pero siguen siendo los mismos clásicos. Y sobre todo muy bailable, esa es la clave.

—¿Ustedes tienen una cumbia favorita?

ÁNGEL: Cada uno tiene su favorita. A mí me gusta “De Coquimbo soy”.

EDSON: La mía es “Tus besos son”.

FRANCO: A mí me gusta “Encontraron a Don Goyo muertecito en el arroyo”, o sea, “Ese muerto no lo cargo yo”.