Las guaripolesas guachacas del Botellón Regional Copiapino se han estado preparando a todo vapor para salir a coronar cabezas generosas a partir de este lunes, aprovechando que no están en cuarentena.

Por si no las conocen, todas son profesoras de distintos liceos de la región, y son recontra movidas, así que, en cuanto supieron de la campaña “Pónele la Corona”, comenzaron a rastrear iniciativas sed-lidarias en los rincones del desierto atacameño.

Paty Enríquez, orientadora educacional del liceo El palomar y una de las líderes del movimiento, cuenta: “Por cada iniciativa que ubicamos, aparecen muchas más, porque nos pasan un dato, vamos a verificarlo y ahí nos comparten otros dos o tres datos de ollas comunes, albergues, y así se van multiplicando”. Por ejemplo, ya han ubicado a la dueña de una panadería que regala pan, a un colega profe que trabaja en con niños vulnerables, una monjita que reparte leche, etc.

Recién se enteraron de que algunos candidatos que ya había seleccionado cayeron enfermitos de Covid, así de brava está la cosa, y van a tener que esperar a que se mejoren para convertirlos en monarcas. Pero ya tienen una lista de al menos ocho reyes y reinas seguros a los que quieren coronar esta semana, por eso han estado confeccionando coronas a escala semi-industrial. Mire aquí de qué están hechas y cacha cómo quedan terminadas. La modela es la propia Paty:

 

En esta galería puede atestiguar cómo hasta las mini-guachacas le pusieron bueno para terminar las coronas.

Ahora, no contentas con eso, quieren ir más allá. “Nos parece fome llegar solo con la corona. Por eso hemos hecho redes con la Hermandad de la Costa para conseguirnos víveres, ropa, frazadas cosas y otras cosas que necesitan las iniciativas de las personas que vamos a coronar, para hacerles un aporte junto con nombrarlos reyes”, relata Paty. A modo de ejemplo, para la monjita que reparte leche recolectaron 74 litros. Con BancoEstado se consiguieron varias bolsas de mercadería para ollas comunes. Todo lo van acopiando en las dependencias de los Hermanos de la Costa. “Se han portado un siete”, dice la orientadora.

No es algo nuevo para los guachacas del desierto, en todo caso, ya que ya habían estado repartiendo ayuda en lugares como la toma Buena Vista, donde grabaron este videoclips (que nos perdone Jack Johnson, ya le pagaremos sus derechos de autor).