En estos tiempos de apreturas, el despacho a domicilio, o “delivery”, se ha convertido en una peguita salvavidas para muchos. Pero el nuevo rey Guachaca de Conce, Pedro Cartes, llevó el asunto un paso más allá. Convirtió el delivery en un acto de solidaridad.

Pedro, un orgulloso papá y representante comercial de una colorida marca de pinturas,  presta un servicio de despacho gratuito a todas las causas sociales que necesiten movilizar ayuda dentro y fuera del Gran Concepción.

Él venía colaborando por muchos años en actividades benéficas, especialmente para Aldeas SOS y niños de escasos recursos de escuelas rurales de Hualqui. Se compró su camioneta justamente porque faltaban transportes adecuados cuando había emergencias. De ese modo, empezó piolamente con su delivery solidario, porque le tiene alergia a la figuración y a las redes sociales. Sin fanfarria alguna, prestaba su camioneta a quien necesitara trasladar donaciones, ya fueran víveres, ropa o materiales de construcción, lo que sea.

El Pedromóvil, siempre cargado de bondad. Anda con cariño de 97 octanos.

 

Dada que era tanta la necesidad, y a contrapelo de su fobia a las candilejas, al final se creó un perfil en las redes para que las personas que requieran sus servicios puedan contactarlo con mayor rapidez.

 

Como era de esperarse, no ha parado en este último tiempo. Prácticamente está todo el día movilizando ayuda. Ha sido un colaborador clave en la red que tejieron meticulosamente los Guachacas del Bío-Bío con su Mapa Solidario, nos dice la guaripolesa del Botellón Regional, Claudia Valdés. Por ejemplo, hace unos días cargó, llevó y descargó una camionada de arena para mejorarle el chalet a una vecina del campamento Andrés Lamas, que vive con sus tres niños en una casita sin alcantarillado, de material liviano, donde más encima la fosa séptica inundó el patio. Ahí están los guachacas penquistas y unos cabros de la carrera de arquitectura ayudando con la construcción de un baño y, por supuesto, Pedro acarreando todo lo que se necesite acarrear.

La arena que llevó al campamento Andrés Lamas, que él mismo cargó y descargó.

 

Es incansable. Claudia resume su rol con estas palabras: “Es quien ayuda a que se movilicen las redes y lleguen los insumos de comida a las ollitas. Vuela por todos lados. Tiene un corazón generoso. Cuesta mucho que acepte estos reconocimientos, pero se los merece, porque es un corazón bonito que vale la pena destacar”.

Por eso mismo lo coronaron. Él, feliz: “Qué rico compartir en la red solidaria con estos actos que son actos de amor, son traslados de bendiciones”, dice.

Vea su coronación aquí:

 

Así que ya sabe. La solidaridad ahora tiene ruedas gracias al Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño. Y si tiene que echarle una manito de pintura al chalet, ya sabe también a quién preguntarle.