Armando Uribe fue diplomático de carrera, embajador plenipotenciario de Frei Montalva y de Allende en Pekín y encargado de negocios en Washington; discutió el Tratado de No-Proliferación Nuclear en la ONU, fue profe de derecho minero en la Chile y La Sorbona, asesoró al Parlamento cuando en 1971 se nacionalizó el cobre, y ganó el Premio Nacional de Literatura 2004. O sea, cacha bastante. Aquí, su diagnóstico de nuestro país a tres años del Bicentenario.

Don Armando, ¿qué podrá celebrar Chile en su cumpleaños 200?

-Que siga siendo una nación, tal como lo quisieron sus fundadores y la mayoría de los gobernadores del período indiano, que también quisieron que Chile tuviera una identidad y que los chilenos pasaran a ser un tipo humano propio de este territorio.

¿Eso nomás? ¿No es como el mínimo?

-No, Chile actualmente enfrenta tensiones que no ha tenido antes. Después de la independencia, se creó toda una institucionalidad que tenía por objeto hacer de Chile un país civilizado, en el sentido de los países europeos de la época. Con altos y bajos, esa forma de Estado que quería ser civilizado se mantuvo hasta la mayor ruptura que se ha producido en la república de Chile, el Golpe de Estado de 1973, seguido por la dictadura consiguiente y luego, desde 1990, por la continuidad del principal legado de Pinochet, la ideología neoliberal capitalista de mercado. Esa ideología se ha agudizado después de 1990. Ahora el país no es aquél que quería ser civilizado. Ahora acepta las barbaries más grandes.

¿Cómo qué?

-El valor supremo para este neoliberalismo es el lucro, acompañado por su sombra, el éxito. El Antiguo Testamento lo anunciaba al hablar de la adoración del becerro de oro. Los demás valores son inferiores a éste del lucro y esto hace que las sociedades consideren que el arte y el espíritu desinteresado que está en la creación se reducen a una búsqueda de grandes éxitos. De ahí la predominancia de la farándula cotidiana, la cual reduce mucho la vida íntima de las personas y de la comunidad. Y esto sucede aquí y en el mundo entero, porque es la primera ideología en la historia que logra cubrir todo el planeta Tierra.

Y eso que una coalición de centro-izquierda ha gobernado por17 años…

-La Concertación está compuesta en sus sectores decisorios por personas –especialmente gerontes– que, la mayor parte de las veces, son verdaderos apóstatas de las ideas que ellos mismos habían manifestado hace 30 o 40 años, dándose cuenta de que el más grande poder político, económico y financiero, Estados Unidos, iba en ese sentido preciso del neoliberalismo. De esa manera, han aprobado el TLC con Estados Unidos.

Justamente con este TLC muchos sacan pecho. ¿Qué tiene de malo?

-Es un tratado desigual, según el cual las divergencias importantes que se produzcan entre Estados Unidos y Chile caen en un tribunal arbitral, en el que Estados Unidos tiene un poder inconmensurable para nombrar a sus miembros. Además, Chile se compromete a no variar el capitalismo neoliberalista de mercado. O sea, aunque hubiera una reforma constitucional, no podríamos excluir el neoliberalismo sin que Estados Unidos tomara represalias. Y por último, se aplican normas sobre inversiones extranjeras que habían sido rechazadas por injustas en Europa y otras partes. Hay ventajas tan grandes para los inversionistas norteamericanos como las que se les han reconocido desde antes del TLC a los de la gran minería del cobre.

 

“LAGOS HIZO TRAMPA”

Una de las grandes rabias de Armando Uribe es la situación del cobre chileno. No soporta que las empresas extranjeras echen manopla a casi dos tercios de la producción del metal colorado, pero paguen sólo un décimo de los impuestos que tributa Codelco con apenas un 36% de la producción. Y como es un hombre de armas tomar, hace años presentó una demanda contra 19 de estas transnacionales, junto con el abogado Pedro Foncea, los economistas mineros Julián Alcayaga y Orlando Caputo, y el estudiante Miguel Castro. “Es una demanda sobre la base de un artículo llamado ‘de acción popular’, del Código Civil, que permite iniciar causas a nombre de toda la población. Alegamos que las compañías éstas no habían cumplido con sus obligaciones”, explica. Costó que la acogieran los tribunales, y las empresas se notificaron recién por la prensa. El equipo de paladines del cobre calculó que, entre 1990 y el 2002, las mineras foráneas dejaron de pagarnos unos 16 mil millones de dólares, cifra que se duplicaría midiendo también desde el 2003 al presente. “Es una suma que habría permitido solucionar los problemas de educación, salud y vivienda”, se enrabia.

 

¿Cómo va la demanda?

-Avanza lentamente.

¿Por qué será que el Estado no se pone firme para cobrar tanto billetito?

-Ha habido una laxitud, o franca negligencia, de parte de los gobiernos de la Concertación, porque creo que tienen un acuerdo tácito con la oposición de derecha y con el empresariado. Esos tres pilares forman una verdadera nueva oligarquía.

¿Pero qué pueden ganar ellos con no cobrarles?

-No lo sabemos. Pero la excusa que dan es una muy buena relación con Estados Unidos.

¿Y la pillería de los gringos es que se prestan ellos mismos plata y luego se cobran intereses estratosféricos?

-Claro, la mina Disputada era de la Exxon desde los años 70. Las inversiones se hicieron con préstamos que le daba la casa matriz a la agencia local. Entonces, por el pago anual de intereses y de la deuda, aparecía todos los años teniendo pérdidas. Sin embargo, llega el año 2002 y Exxon vende la Disputada a la Angloamerican, en 1.200 millones de dólares. Eso produjo un pequeño escándalo y llevó a que el gobierno tramposamente mandara un proyecto de royalty minero, fundamentado en que el Estado chileno, tal como lo dice la Constitución de Pinochet, repitiendo la reforma constitucional del 71, tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable, imprescriptible de todas las minas, y que puede dar concesiones a particulares, siempre que satisfagan el interés público.

¿Por qué dice que el gobierno hizo trampa?

-Lagos se había comprometido en el año 99, en Nueva York, frente al Council of the Americas, la asociación de inversionistas norteamericanos en América Latina, a no variar la situación jurídica de la gran minería del cobre. Entonces, en realidad Lagos no quería el royalty. Pero como había esa opinión pública a propósito del escándalo de la Disputada, tuvo que mandar el proyecto. Claro que lo hizo como modificación a la ley orgánica constitucional en materia minera, lo cual exige un quórum muy alto, que él sabía que no iba a obtener. ¡Pero no había ninguna necesidad de eso! Bastaba una ley simple, que no requiere un quórum alto. Después inventó el royalty 2, que a pesar del nombre, es un simple proyecto de impuestos, bastante bajos, por lo demás. Así, Lagos quedó bien frente a los inversionistas norteamericanos y frente a la opinión pública chilena.

¿Y por qué nadie alega?

-Porque los medios de comunicación masivos, los principales, todos, mantienen una política de veto a cualquier comentario que se haga de esta especie.

Pero igual se cacha algo…

-Se sabe, pero no se sabe. Me hicieron una entrevista larga en El Mercurio, donde yo introduje todos estos razonamientos, y se negaron a publicarla. No me quedó más que publicarla en Carta Abierta a Agustín Edwards, pero un libro es leído por poquísimas personas. Me pasó también con La Tercera. Me habían pedido un artículo cada 15 días, y no quisieron publicar uno que se refería a la trampa que hizo Lagos con el royalty.

¿Por qué será que se silencia el tema?

-Estas personas han renunciado a la nación y al Estado chileno. Consideran que Chile por sí solo no es viable como país independiente y soberano y que tiene que sujetarse al control de Estados Unidos. Eso no lo dicen jamás, salvo esta garrapata que escribe en El Mercurio, Bardón, que dijo en un artículo que estas cosas no le importaban nada, que Chile debía solicitar ser un Estado norteamericano. Pero los demás lo creen de todos modos, y así me lo han dicho algunas personas.

¿Si la gente estuviera bien informada, le importaría?

-Tendrían que haber organizaciones de tipo político, sindicales fuertes, que no las hay, que tomaran esta causa que es la principal de la población chilena. Hablan tanto de transformar a Chile en un país desarrollado, ¡pero justamente ahí estaban los capitales y no fueron utilizados! Esto es más escandaloso que cualquier cosa del período del salitre. Ésta es una renuncia a la soberanía y una aceptación de que Chile no merece existir.

Ah, y por eso hay que celebrar que todavía seamos una nación…

-El temor mío es que esta oligarquía, con esta renuncia que hace a la existencia de la nación chilena como tal, tenga éxito. Esta gente está haciendo lo que saben hacer para que Chile deje de ser una nación. Por eso creo que la mejor noticia del Bicentenario es que Chile exista todavía.

 

“LA MÁS BANAL DE TODOS”

¿No cree que este último gobierno de la Concertación implique un cambio?

-Mire, contra las apariencias y la retórica, creo que la señora Bachelet es más amiga que sus antecesores del neoliberalismo.

¿En serio? ¿Cómo percibe eso?

-Por las personas que ha nombrado. Tiene a la señora Poniachik en materias mineras justamente, y es la persona menos indicada porque ha trabajado en el Council of the Americas durante varios años antes de ser ministra, ¿cómo es posible? El señor Velasco es el más neto representante del neoliberalismo, incluso más que lo que fueron Eyzaguirre y Foxley. Por otro lado, en mi opinión, esta señora es muy diestra en repetir, de varias maneras, puros lugares comunes. El decálogo que le hizo a los ministros y subsecretarios hace diez meses eran puros lugares comunes: pórtense bien, sean buenos, no mientan, no se pongan en primera fila, no sean personalistas… Ridículo. Es la persona más banal que he oído en la Presidencia de la República chilena. Los políticos en general están obligados a hacerles venias a los lugares comunes, pero esta señora ella misma es un lugar común. Eso no lo voy a decir en público en general porque, por último, es una señora, pero hay que aceptar que ella hace una utilización desmedida de lo obvio.

¿No será que uno tiene los líderes que se merece?

No estoy tan seguro de que sea muy representativo el sistema electoral en Chile. Desde luego, está el informe del PNUD sobre Chile del año 2002, que recoge varias encuestas hechas por la ONU, más serias que las locales. Y ahí les preguntaron a los chilenos si estaban de acuerdo con el modelo económico. Más del 90% dijo que no, porque beneficia a unos pocos en perjuicio de la mayoría. Sólo el 7,2% dijo que era el único posible. Yo les señalo que el 7,3%, con una décima de diferencia, es el sector ABC1. Es interesante la paridad.

Y si hay tanto descontento, ¿por qué no ha surgido otro referente?

-Pero ¿qué es lo que ha pasado en las elecciones, desde el 89? Se han presentado dos opciones políticas, dos bloques que coinciden plenamente en el neoliberalismo. O sea, no existía la opción para que manifestaran sus opiniones.

¿Qué le pediría a la Presidenta como regalo para el Bicentenario?

-Que se ocupara de que Chile no saliera perjudicado frente a las transnacionales extranjeras en la gran minería del cobre. Es la riqueza principal del país y además hay una identificación psicológica de los chilenos con ella. Chile es el país del cobre.

“ESCRIBO POR ABURRIMIENTO”

A pesar de que su último libro, Apocalipsis apócrifo –la obra con la que más se ha comprometido, según reconoce– lo dejó con cansancio crónico, por lo venenoso de la sátira, está preparando un nuevo libraco, una recopilación de cartas que intercambió durante su exilio en París con un amigo que estaba en Oxford. Una papita: relata una conversación que tuvo Gabriel Valdés con el rey de España, quien se quejaba de que Pinochet lo hubiera abrazado para el funeral de Franco.

¿Los líos del cobre y la política son material para el arte?

-Sí lo son, de una u otra manera he escrito cosas que tienen que ver con problemas de este orden. Y pueden utilizarse en la gran poesía, pero para eso tiene que ser de caracteres épicos, y la verdad es que los talentos para la épica son muy reducidos en cualquier país y en cualquier lengua. En los últimos 30 años no veo que haya nadie en condiciones.

¿Qué lo motiva a escribir? ¿La rabia?

-La verdad es que soy una persona sometida desde mi primera niñez al aburrimiento. Es el monarca de mi vida. Cuando era niño, mi padre me decía El aburrido Uribe. Toda mi vida ha consistido en tratar de evitar las causas de aburrimiento. Y un método potente para espantar durante unos minutos el tedio, el hartazgo, es escribir. Soy poco serio al reconocer estas cosas, he actuado en mi vida, sobre todo literariamente, como una especia de seudo-dandi, un dandi fúnebre.

¿Se aburrirá por su personalidad o porque la vida es más fome que chupar un clavo?

-Las dos cosas. Pero he aprendido mucho del aburrimiento. En él se produce una especie de pequeña mezcla entre la conciencia y el inconsciente; el inconsciente alimenta estas facultades de conocerse a sí mismo a través del aburrimiento. En realidad, estar aburrido es reconocer lo imperfecto que es cada ser humano, empezando por uno.

Romina de la Sotta y Christian Stüdemann