El papamóvil de los guachacas de Conce.

 

Un catastro del Ministerio de Vivienda y Urbanismo contabilizó un total de 131 campamentos en la Región del Bío-Bío, según informó el diario Concepción hace unas semanas. Principalmente se concentran en Conce (13), Talcahuano (21) y Lota (24). Tras el avance de la pandemia, la falta de trabajo y de alimento es lo que más complica a sus residentes, lo que ha motivado el inicio de caleta de ollas comunes, como en tantos otros lugares, para apoyar sobre todo a los niños, adultos mayores y mujeres embarazadas. Así sucede, por ejemplo, en el campamento Las Gaviotas de Talcahuano, donde unieron fuerzas para desarrollar la iniciativa “Campamento ayuda a campamento”. Allí hay al menos 120 familias, con más de 40 niños, gran parte de ellos lactantes.

Los guachacas del Bío-Bío no podían quedarse impávidos ante esta situación. Movidos como ellos solos, apadrinaron a 25 niños del campamento Gaviotas Bajas, con la campaña “Colación bakan”, parte de su grandioso Mapa de la Solidaridad. Pero no solo los brocacochis están en su radar.

Los últimos días han sido ajetreados para nuestros primos del sur, que no paran de tender redes y apelar a los corazones bonitos de la región. Hace unos días, les llevaron una mega cazuela de pollo para 100 personas a los vecinos del campamento, gracias a la paleteada de los padrinos del Juzgado de Letras Laboral de Concepción. El 30 de junio realizaron en el mismo lugar un charquicanazo de verduras con huevo duro. Después, gracias a sus contactos, les llevaron 27 kilos de arroz, 12 litros de leche, cereales y artículos de aseo. Con el espaldarazo de los amigos y amigas de San Martín de Porres, les juntaron vestuario y calzado. Y todo eso en la última semana nomás.

Ah, y el finde recién pasado, se consiguieron una camionetada de papas en Los Ángeles para abastecer ollas comunes y comedores solidarios penquistas.

También andan juntando mascarillas y guantes desechables para los master chefs de las ollas comunitarias

Pero no están conformes, y con justa razón, porque todavía queda mucho por hacer.

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