La nueva monarca guachaca Jeannette Primera de Talcahuano no se anda con chicas. Junto a su organización Manos con Amor, hace poco recolectó media tonelada de harina en menos de un mes y ahora va por el récord: una tonelada. Es que son muchas las ollas comunes a las que están ayudando en estos momentos difíciles.

La Reina, chorera original, lleva harto tiempo ayudando a quienes más lo necesitan. El ejercicio de la abogacía en el ámbito del derecho familiar la llevó a conocer muchas realidades que la movieron a la acción solidaria. “Además, desde muy pequeña mis amistades estuvieron relacionadas con el mundo de la asistencia social y la sicología, así que yo creo que eso me conectó, y también por los procesos espirituales de cada uno que te llevan a ir fomentando la empatía, la compasión, principalmente hacia nuestros amigos en situación de calle”, dice ella.

Participó en varias organizaciones solidarias hasta que, hace cinco años, decidió fundar su propio grupo con cuatro amigas. Así nació Manos con Amor, que hoy dirige. En la “antigua normalidad”, sus miembros se dedicaban a repartir colaciones, almuerzos y cenas entre los compipas sin chalet de Talcahuano. Pero no era cualquier colación. Jeannette, la jefa de cocina, impuso estrictos estándares. No quería servir puros tallarines. Su meta era que los comensales recordaran esas comidas enjundiosas que les preparaban las abuelitas cuando eran chicos, así que los menús incluían pollito, carne asada, estofados, todo con los mejores ingredientes, dice la soberana. Si hacían empanadas, el pino tenía que hacerse con carne premium picada. Si optaban por hamburguesa, debía ser como las de la Fuente Alemana. Si la ocasión era celebrar la navidad, el 18 o el fin del invierno, entonces el menú le llevaba entrada, fondo y postre. Siempre con el toque especial de una salsa top y siempre dando la posibilidad de repetirse las veces que uno quisiera. Todo esto sin contar con chefs profesionales en el equipo, pero sí con muchos voluntarios habilidosos para la cocina.

“Siempre nos preocupamos de la calidad, de la presentación, de que los platos fueran ricos y contundentes, como que fueras a un restorán”, resume Jeannette. “El menú tenía que ser especial porque ellos se merecen la dignidad de algo especial. Además, preparábamos los platos para Marcelo, para Manuel, para Sara, para amigos que tienen caras y nombres. Una vez alguien me dijo que no se sentía digno de una comida tan especial y eso te duele”, añade.

Para poder llevar a cabo sus actividades culinarias, encontraron una fórmula súper eficaz: conseguirse amigos que apadrinaran un menú de 500, mil o dos mil piticlines, dependiendo de la ocasión. Así lograban financiar el reparto de hasta 500 colaciones a la semana.

 

MANOS A LA OLLA

En marzo, la pandemia los obligó a suspender sus rondas alimentarias. Durante todo abril permanecieron parados, sin cachar qué hacer, hasta que a Su Excelencia y a su amiga Alejandra se les ocurrió que podían gestionar aportes para las ollas comunes que se empezaron a multiplicar en los cerros de Talcahuano.

El sistema de los padrinos y voluntarios se adaptó muy bien la nueva misión. También cuentan con embajadores, que son compebres encargado de mover las redes para conseguirse donaciones, según los objetivos semanales que establecen, que no solo incluyen ollas comunes, sino también hogares de adultos mayores y casos específicos de niños.

“Todo se basa en la seriedad y la transparencia con que hemos funcionado siempre”, acota la reina abogada, que está chocha con el vuelco que dio Manos con Amor. “Ha sido súper power el trabajo de estar en contacto con los dirigentes vecinales, sus necesidades, fortalecerlos, nutrirnos del conocimiento de su realidad en cada comuna y hemos crecido mucho”, comenta. Antes su radio de acción se limitaba a Talcahuano; ahora están abarcando toda el Gran Concepción. De hecho, son parte del Mapa Solidario que crearon los Guachacas del Bío Bío para conectar a quienes hoy pueden hacer una donación con aquellos que luchan para ayudar a sus vecinos, y fueron ellos quienes decidieron coronarla.

 

“Estoy con toda mi energía en este maravilloso proyecto. Como abogada, tengo mucha menos pega porque las audiencias están paradas, así que todo mi tiempo disponible, absolutamente todo, está para trabajar por estas organizaciones sociales que necesitan un pequeño apoyo”, dice Su Majestad.

Si quiere colaborar con ella y Manos con Amor, puede contactarlos en el Facebook.

Vale la pena. Como dice nuestra Reina: “Antes de la pandemia, los abrazos con que nuestros amigos en situación de calle nos demostraban su felicidad eran impagables. Hoy es una sonrisa en su rostro lo que te devuelve la energía y te motiva a seguir”.