Si este año tenemos un Gran Compipa médico, el entrañable doctor Ugarte, cómo no íbamos a proclamar también a una Reina Guachaca de la Salud. Desde Macul nos llega esta nueva soberana, representante de todos los trabajadores que apuntalan la pega más visible que realizan los hombres y mujeres de delantal en hospitales y consultorios

Se trata de Mireya Isabel Gajardo, técnica administrativa que actualmente se desempeña en el centro de salud familiar (Cesfam) Félix de Amesti, en la comuna de Macul. Alla está a cargo de las interconsultas de las patologías graves. Es decir, le toca ayudar a los pacientes justo después de que han recibido una noticia perturbadora, haciendo todos los malabares administrativos necesarios para conectarlos lo antes posible con el hospital donde recibiran el tratamiento especializado que requieren.

Usuarios y colegas quisieron destacarla no solo por la indispensable pega que realiza, sino sobre todo por la abnegada dedicación que le imprime o, como dice la doctora Elisabeth Crespo, “por su empatía con los pacientes y por preocuparse hasta el más mínimo detalle”.

“Su cariño, la contención que brinda y la sonrisa que nunca falta nos muestran que todavía existen héroes anónimos que ayudan a quienes más los necesitamos”, añade María Angélica Terán, una de las usuarias del servicio de salud primaria.

Vea aquí el microdocumental sobre su coronación, hecho por sus propios fans:

 

Nacida y criada en la comuna de Macul, la Reina Mireya es mamá de dos cabros estudiosos (el abogado constitucionalista Benjamín y Diego, futuro historiador), además de ávida lectora de libros de historia de Chile y el mundo. “Desde chica mi madre, Hermelinda Moreno, y mi padre, Benjamín Gajardo, me inculcaron la necesidad de conocer nuestro pasado como país y humanidad”, dice ella.

Hace 13 años trabaja en la salud pública. Estuvo más de una década en el Cesfam Padre Alberto Hurtado antes de cambiarse a su actual consultorio, ambos en Macul y siempre en el área de las interconsultas. “Si bien es algo estructurado, permite generar grandes oportunidades relacionadas con el seguimiento de los casos más graves que se derivan y el logro de una buena coordinación con nuestros compañeros del nivel hospitalario para que los casos complejos obtengan una atención oportuna”, explica ella.

Esta coordinación ha resultado clave en tiempos de pandemia, que pucha que han sido intensos en los consultorios. La monarca cuenta: “He podido ver el sufrimiento de muchas personas al perder a sus queridos, pero también he logrado percibir la esperanza de quienes acuden a nosotros como sistema de salud, buscando ayuda, y confiándonos sus vidas. Es una responsabilidad enorme para todo el personal”.

En medio de todo esto, su proclamación monárquica resultó una agradable sorpresa para ella: “Para mí es un honor ser elegida Reina Guachaca de la Salud, un reinado con mucha historia, que representa a todos los chilenos y que ya es parte de nuestra cultura”. Y está feliz de llevar la corona en representación de sus colegas, que tanto ñeque le han puesto a esta contienda sanitaria contra el coronabicho.

“Desde el comienzo los funcionarios de salud hemos sido indispensables para combatir esta enfermedad, desde los compañeras y compañeros que trabajan en el área de limpieza hasta todos los profesionales técnicos, enfermeras, administrativos, nutricionistas, matronas, psicólogos, kinesiólogos, médicos, tecnólogos médicos, y químicos farmacéuticos —dice—. Ha sido enorme el sacrificio que han hecho todos, tanto en la red pública como en la privada. Hemos perdido compañeros en esta lucha, pero el trabajo en unión también nos ha permitido levantar una poderosa barrera frente a esta pandemia”.

¡Honor y gloria para la Reina Mireya y los trabajadores de la salud!