¡El Doctor Ugarte es el Gran Compipa 2020!

¡El Doctor Ugarte es el Gran Compipa 2020!

Este año que no tuvimos cumbre, hicimos un llamado a los guachacas de todo Chile a que coronaran a esos próceres locales que en sus barrios y comunidades le ponen Wendy organizando actividades solidarias, o que nos dan el ejemplo sorteando la adversidad con optimismo. Así, durante julio fueron proclamados más de 50 reyes y reinas guachacas, de Iquique a Punta Arenas. Eso debe ser un récord.

Para cerrar esta exitosa campaña, como Garrafa Central quisimos ponerle la corona a alguien que representara a todos los trabajadores de la salud, que tanto se han esforzado por mantener la patria en pie. Y quién mejor que el doctor Sebastián Ugarte, que con sus consejos siempre claros, su actitud siempre serena y conciliatoria, se ha convertido en el médico de cabecera y almohada de todo Chile. Si basta con verlo para sentirse un poquito mejor.

Un fantasmagórico Dióscoro interrumpió hoy las transmisiones de TVN.

 

De esta forma, el último día del mes enviamos a una comitiva guachaca hasta los estudios de TVN (antes de que los desalojen), con la misión de investir al galeno en pleno matinal. Hacia el final del programa, Dióscoro hizo una sorpresiva aparición vía satélite desde su confinamiento, explicando las razones de nuestra resolución e invitando a Ugarte a ceñirse la banda de Gran Compipa. El nuevo monarca, visiblemente emocionado, aceptó de Wanderers. Dijo que jamás acataría ponerse una corona en el mate, con excepción del humilde gorrito de papel que simboliza el máximo honor de la Fermentación. Tanta papa agarró que terminó declarando que quería ser enterrado con la banda y el gorro.

Se le aguaron los ojitos al doctor.

 

Ya terminada la transmisión, nuestra reportera estrella, Nicole, lo sometió a un cuestionario:

—¿Cuál va a ser su primer decreto, Gran Compipa?

—Mi primer decreto es que todos los guachacas de Chile jamás pueden olvidar lo que aprendimos en esta pandemia. Mientras estábamos guardaditos, no había ningún lujo que mostrar, solo era compartir con la familia y con los que queremos. Se acabaron los lujos y las muestras de ostentación. Guachacas queridos de Chile, cuando termine la pandemia, sigamos siendo humildes, sigamos siendo cariñosos, pero para el resto de la vida, no solo mientras hay virus, caramba.

—Revélenos la verdad de la milanesa, Su Alteza, el secreto mejor guardado: ¿Cómo se arregla la cañuela?

—Ese es uno de los mejores secretos de la medicina y no se ha desarrollado en ninguna universidad extranjera. Las recetas son variadas y en este país conocemos muchas. Desde el buen mariscal hasta hay quienes dicen que la mordida del perro con el pelo del mismo perro se cura, y al día siguiente van bajando de a poquito y retoman con un breve vasito por la mañana. Cualquiera sea su técnica, asegúrese de tomar harto líquido, no solo del espirituoso, o si no, la resaca va a ser muy fiera.

—Hay un dato que no hemos podido pillar en sus múltiples biografías. ¿Cómo eran sus brillos y malones juveniles cuando estudiaba en Temuco?

—En el sur, como hacía frío, teníamos un gran fondo de aluminio y echábamos vino, no siempre el más elegante, y le agregábamos también fruta y lo hacíamos caliente. Vinito navegado con sopaipilla, cosa más linda, era lo que servíamos en ese tiempo y eran unas ollas interminables. Y lo otro es que, cuando hacía calor —porque no siempre hace frío, a veces hace calor e igual hay que brindar con algo—, ahí teníamos un melón milagroso. Y a ese melón uno le sacaba un poco la pulpa y le echaba vinito y también un poco de pisquito, y el melón no se acababa nunca, era milagroso. Salí y salía más jugo, y uno terminaba hablando puras cabezas de pescado, pero el melón seguía igual.

A su hijo Nicolás le han tirado muchos piropos y usted se ganó el título de Suegro de Chile. Díganos, Su Excelencia, ¿también fue galán? ¿Con cuántas chiquillas pololeó en sus tiempos mozos? 

—El Nico en realidad ha tenido harto éxito. Los tres hijos que tengo son harto encachados. Tienen que haber salido a la madre más que al padre. Yo de joven también tuve lo mío, algún corazoncito por ahí llegó a estas tierras y, bueno, se hizo lo que se pudo. Nadie se pudo quejar de que haya sido mal atendida. Era un poquito pololo, pero sin exagerar. Tampoco diría que tradicional. Todos tenemos un pasado y alguna vez yo también fui último modelo.

—Su ídolo guachaca de ayer y hoy…

—Aparte de Dióscoro que es un tremendo líder, creo que uno de los grandes ídolos, poco reconocido, es Nicanor Parra, un hombre que ha sabido sacar una mezcla entre lo popular y la frase profunda, que representa lo mejor de Chile. Un genio que realmente le ha dado mucho, mucho a este país, sin jamás desconocer sus raíces chillanejas.

Su patache favorito…

—¡Hay tantos! Una cosa que a casi nadie le gusta, pero a mí me encanta, son las prietas con harta cebolla, papas cocidas y ají picante.

—¿Alguna picá a la que recomiende ir cuando se termine la pandemia y sea seguro, Su Graciosa Majestad?

—Es que hay hartas… El Hoyo es muy bueno. ¡Me encanta el Hoyo! Pero no se puede decir eso. Me encanta el restaurante el Hoyo, ahí suena mejor. He llevado a muchos médicos a comer allá, incluso médicos que vienen del extranjero. Los llevo ahí a servirse unos terremotos y salen muy contentos. No sé si por la alegría, por la comida o por los mismos terremotos.

—¿Cuál diría que es su nivel de cueca? Escala: de Ricardo Lagos Weber a campeón nacional.

—Yo, malito, malito. Escala tetrapléjico. Bailo casi como Stephen Hawkins. La verdad es que no es lo mío la cueca. Bailo, pero más con ganas que con talento. La verdad es que no soy un profesional de la cueca, pero le hago empeño. A lo Lagos Weber, pero bailo.

—Dicen que tiene buena mano para la cocina, ¿sabe preparar alguna especialidad guachaca?

—De todo, le hago al mariscal, curanto, cazuela, charquicán, guatitas… Mande nomás, de todo le hago.

—¿A qué lado de la empanada pone la aceituna?

—La experta en hacer las empanadas era mi madre, que las hacía para vender. Debo reconocer que yo no soy el experto en hacerlas, pero sí en comérmelas.

—Finalmente, ¿algún consejo para el pueblo guachaca ahora que poco a poco está comenzando el desconfinamiento?

—A cuidarse, niños, porque la cosa está seria. No porque se esté levantando la cuarentena significa que podemos descuidarnos. Después de esta vida, no hay otra, así que con buena mascarilla, con buen lavado de manos y cuidando a la familia y a toda la patota. Y salió verso sin mayor esfuerzo.

Reviva la emocionante coronación-matinal aquí.

Y vea el primer saludo del Gran Compipa 2020 al pueblo guachaca:

 

 

 

 

 

La reina Valentina Barraza hace germinar la solidaridad en Atacama

La reina Valentina Barraza hace germinar la solidaridad en Atacama

La Reina Valentina portando un potecito de lombrices y semillas para el huerto escolar.

 

¡Ah, jugar con tierra y lombrices! Uno de nuestros pasatiempos favoritos de la infancia, al menos antes de que inventaran los teléfonos inteligentes. ¿Se imagina que en el colegio a uno lo hubieran dejado hacerlo? En San Pedro, a 20 minutos de Copiapó, no solo permiten que los alumnos se ensucien las manitos, ¡es parte del currículum! En su calidad de escuela rural, allá tienen un huerto educativo donde combinan la práctica hortícola con la enseñanza de ciencias naturales. A cargo de este ramo tan entretenido está la joven ingeniera agrónoma y profe de corazón Valentina Barraza, nuestra nueva Reina Guachaca de San Pedro.

La monarca es “cosecha local”, nacida y criada en Copiapó. Estudió ingeniería agronómica en Santiago, en la Universidad Mayor, y luego trabajó unos años en distintas áreas del agro, tanto en la zona central como en la región de Atacama. Hasta que su carrera dio el gran vuelco.

“Mi llegada a San Pedro fue lo más bonito que me ha pasado en mi carrera profesional”, cuenta Valentina. “Por temas laborales, me tocó asistir un par de veces a la localidad, por lo que tenía conocimientos de la escuela. Un día, una exprofesional del establecimiento me comentó que buscaban un profesional del área del agro para hacerse cargo del huerto y de su estación experimental. No dudé en acercarme a la escuela, donde mi acogida inmediata”, prosigue.

Con sus alumnos, los agricultores que nos van a alimentar en el futuro.

 

Así que ahora su labor es formar a los pequeños agricultores del futuro. “Siempre digo que son ellos los que nos salvarán del tan temido calentamiento global. Las nuevas generaciones son las que llevan la vanguardia en temas tan importantes como la sustentabilidad agrícola. Comopaís, somos una potencia alimentaria y debemos formar líderes en estos temas tan importantes que nos conciernen a todos”, explica la soberana.

Hace clases en cursos de prekínder a octavo básico e impulsa la idea de construir un liceo agrícola en la localidad, para que los alumnos de media no tengan que viajar a Copiapó o Caldera para completar su enseñanza. “Tengo una alta expectativa en cada uno de mis alumnos y estoy segura de que mi idea se va a concretar más temprano que tarde”, señala con convencimiento.

Desde que la escuela permanece cerrada hasta nuevo aviso por culpa de la pandemia, la Reina Valentina no se ha quedado de brazos cruzados. Junto a nuestro otro Rey Guachaca de la zona, el profe-acuático César Verdejo, han recolectado víveres, agüita embotellada y otras cositas de primera necesidad para llevarlas a su querida San Pedro.

Camino a San Pedro con una carga de víveres.

 

Su entrega pedagógica y la importante labor educativa que realiza convencieron al Botellón Regional de Atacama de declararla nuestra reina. ¿Qué dijo ella? Sépalo aquí:

 

Reina Guachaca de Hualpén, la articuladora de buenas voluntades

Reina Guachaca de Hualpén, la articuladora de buenas voluntades

Si algo hemos aprendido este año es que las juntas de vecinos cumplen un tremendo rol articulando voluntades para capear las tormentas sanitarias y económicas. ¡Hoy ser presidente de una de estas juntas es más importante que ostentar el cargo de ministro!

Precisamente la nueva coronada que nos llega de la Región del Bío-Bío preside la agrupación vecinal Cerro Amarillo, en Hualpén. Y desde ese puesto, motiva a todo su barrio a cooperar y a salir en la búsqueda de alimento y abrigo para quienes lo están pasando más mal. Se trata de Sandra Jimena Scheinfelt.

Madre de tres hijos —una profe de inglés, una estudiante de derecho y un técnico en sonido, nos informa embargada por la chochitis—, la Reina Sandra es técnico asistente de educación diferencial, pero actualmente dedica todo su tiempo a trabajar por su comunidad. “Tengo la suerte de tener un esposo maravilloso que, gracias a Dios, tiene un trabajo estable como camionero y me apaña en todo lo que hago. Así que actualmente estoy abocada al trabajo de mi junta de vecinos y a las ollas comunes y, en la medida que puedo, ayudo a cada organización social que conozco o llega a mis oídos”, cuenta ella.

La Reina y su corte hualpenina.

 

Su base está en el Club Deportivo Antena, que les presta un espacio. Allí, con su equipo de voluntarios, organiza una ollita común todos los martes y sábados. Están llegando unas 145 personas a retirar las colaciones que preparan cada vez. “Mucha persona en situación de calle, mucho vecino que está cesante”, describe la soberana de Hualpén.  El nombre de este cacerolón ya es casi una marca registrada en la zona: Olla Popular.

Aparte de eso, colaboran con otros comedores solidarios y se esfuerzan por armar 24 canastas solidarias al mes, todo con las donaciones que hacen a diario los vecinos, lo que recolectan con las infaltables rifas y el apoyo de la Asamblea Popular Wallpen.

El retrato oficial de la coronación.

 

Pero la cuestión no es jauja, por eso aprovechó de hacer un tirón de orejas: “Hago un llamado a las autoridades para que los recursos que llegan desde el Estado sean repartidos a todos los vecinos que realmente lo necesitan, porque aquí en Hualpén se están levantando más de siete ollas comunes y eso significa que algo está pasando”.

También tuvo palabras de gratitud: “Gracias a los Guachacas de Concepción por estar siempre apoyándonos en toda nuestra zona, no solamente en algunos lugares. Un trabajo magnífico para toda esa gente de noble corazón, porque como decimos acá, que es nuestra frase típica, solo el pueblo ayuda al pueblo”. Amén.

Vea las primeras declaraciones de Su Majestad Sandra:

 

El rey de las olas

El rey de las olas

Nuestro nuevo soberano en el campeonato Atacama Invernal, prepandemia, obviamente.

 

César es de esos profes con vocación que uno después recuerda con cariño en las reuniones de exalumnos. Por sus destacados atributos pedagogísticos y porque se ha sacado la mugre en estos meses gestionando y llevando ayuda a la localidad donde trabaja, nuestro Botellón Regional Atacameño resolvió proclamarlo soberano guachaca.

Nacido y criado en Quintero, el nuevo coronado vivió su buen rato en Caldera, para luego trasladarse al interior del desierto, donde lleva cinco años trabajando en la Escuela San Pedro, de educación básica, ubicada a 20 minutos de Copiapó. Imparte clases de educación física, la asignatura especialista de su título, además de ciencias naturales en segundo ciclo, para parchar la escasez de docentes. También estuvo a cargo del huerto de la escuela por un tiempo.

Se trata de un establecimiento escolar con características rurales, aclara él, y eso le fascina: por la cercanía con la comunidad, por la estrecha relación que tienen los alumnos con el campo y sus costumbres, y porque son secos para la cueca. “Es difícil encontrar estudiantes a los que les guste la cueca. Incluso en la región tenemos segundos y terceros lugares en cueca rural”, cuenta sacando pecho.

Por si fuera poco, también son buenos para el bodyboard. Sí, leyó bien. Aunque están metidos en medio del desierto, muchos niños son fanáticos de montar olas, y el responsable de eso es, en gran medida, César.

El monarca practica este deporte desde los tiempos en que vivía en Caldera, donde hay muy buenas playas para deslizarse de guatita surcando el océano. De hecho, ahí se llevan a cabo todo tipo de competencias acuáticas. Hoy César es secretario del Club Atacama Bodyboard. El año pasado, este grupo de ases del mar concretó uno de sus proyectos más preciados, una escuela formativa gratuita para brocacochis de entre 10 y 14 años.

No es llegar y enseñarles body a un grupo de menores de edad. Los implementos son caros (buzos, tablas), además de que el riesgo de ahogarse requiere de la atenta y permanente supervisión de salvavidas e instructores. Pero ellos se consiguieron todo lo necesario gracias a un Fondo Nacional de Desarrollo Regional que se ganaron y al apoyo logístico de los propios miembros del club.

Así, durante cinco meses estuvo César acompañando a niños copiapinos hasta la playa Rodillo en Caldera, donde les ensenó a correr olas y a hacerse amigos del mar.

César haciendo clases.

 

“Tuvimos una muy buena recepción por parte de la comunidad y los estudiantes que se sumaron, como también de las familias que confiaron en nosotros”, comenta. De hecho, a los niños les gustó tanto que hasta el día de hoy le preguntan si van a volver las clases. En el club están a la espera de los resultados de otro concurso de fondos regionales. Aunque, con o sin fondo, igual siguieron en contacto con los alumnos durante el verano. “Si se podía ir al agua, se dejaba la invitación a acompañarnos para seguir sumando experiencias”, cuenta el rey.

“Como docente, este es uno de los proyectos que mejores momentos me ha dejado. Las familias, los miembros del club y sobre todo los niños logramos conformar un grupo muy lindo de personas, donde la camaradería, la empatía, el afecto y el respeto por el océano estaban presentes”, añade.

La pandemia les puso candado a las incursiones marítimas, y a todas las clases en general, algo que tiene a nuestro rey muy preocupado. “Uno de los efectos que más nos preocupa de la pandemia es que el encierro no permite brindar las oportunidades de desarrollo, crecimiento, de vivir experiencias y aprendizajes que sí dan los espacios de la escuela, donde los muchachos pueden sociabilizar con su entorno, o el solo hecho de poder entregarles una palabra de apoyo o cariño, algo que siempre es recíproco”, dice. ¡Los echa de menos! Y hace un llamado: “Esperemos que se tomen las decisiones correctas y se pueda controlar pronto la pandemia para volver con más fuerza y ganas de formar una sociedad informada y preocupada por el prójimo”.

Vea el primer mensaje monárquico del Rey César aquí:

 

Y así cubrió la tele regional el gran proyecto de clases formativas aquí.

 

 

Reina Sayonara Moreno, una líder innata

Reina Sayonara Moreno, una líder innata

 La Reina Sayonara junto a la directora regional de la Cruz Roja, Gladys Callejas, y a la Hermana Neve.

 

“Sayonara” en japonés quiere decir “adiós”, “chaíto” o “los Belmont”, pero la nueva Reina Guachaca de Los Changos (Coquimbo), Sayonara Moreno, le da un nuevo significado al vocablo nipón: empuje, resiliencia, compañerismo…

Ella, como muchas mamás chilenas, ha asumido sin titubear el liderazgo de su comunidad. Nacida en Arica, llegó con diez añitos a Coquimbo. Hace una década, arrendaba con su pareja y tres familias en el sector alto del puerto pirata, en Canelo. Un día, caminando por las peñas, uno de los miembros de estas familias cachó que había un amplio terreno desocupado, ideal para instalarse con camas y petacas, así que les propuso ir a conocerlo. “Así surgió la idea de vivir en este hermoso lugar”, cuenta la Reina Sayonara.

De esa forma, con solo tres familias fundadoras, nació la toma Los Changos, que hoy lucha por hacerse un espacio digno en el mundo. A medida que fueron llegando más vecinos, surgió la necesidad de organizarse para conseguir los servicios básicos de luz y agua. Alguien debía asumir como vocera y nuestra monarca dio un paso adelante, pese a que es responsable de la crianza de tres hijos. “Desde chica me ha gustado ser líder en todo tipo de actividades. Desde ahí no he parado”, comenta.

Ya son 174 familias las que conforman el campamento Los Changos. Sayonara ha establecido redes y trabaja con Un Techo para Chile. Igual les ha costado. “Tenemos luz y agua, pero todas las familias estamos colgadas, esa es nuestra realidad”, añade. Además, su permanencia no está asegurada. “Por esta toma, hay un gran proyecto que se llama Parque Las Rocas, así que no hay ninguna posibilidad de que nos podamos quedar acá, ya que nunca podremos regularizar nuestra situación”, explica.

A eso se suma la incertidumbre que trajo la pandemia. Sin embargo, ella enfrenta los problemas con optimismo. Por lo pronto, ha organizado la olla de rigor para distribuir el papeo entre los vecinos y continúa poniéndole color.

Nuestra guaripolesa en la región papayera, la Hermana Nevenka, quiso destacarla como Reina Guachaca y nosotros solo decimos “¡kon’nichiwa, nueva monarca!”

 

He aquí la coronación en toda su extensión:

Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño

Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño

En estos tiempos de apreturas, el despacho a domicilio, o “delivery”, se ha convertido en una peguita salvavidas para muchos. Pero el nuevo rey Guachaca de Conce, Pedro Cartes, llevó el asunto un paso más allá. Convirtió el delivery en un acto de solidaridad.

Pedro, un orgulloso papá y representante comercial de una colorida marca de pinturas,  presta un servicio de despacho gratuito a todas las causas sociales que necesiten movilizar ayuda dentro y fuera del Gran Concepción.

Él venía colaborando por muchos años en actividades benéficas, especialmente para Aldeas SOS y niños de escasos recursos de escuelas rurales de Hualqui. Se compró su camioneta justamente porque faltaban transportes adecuados cuando había emergencias. De ese modo, empezó piolamente con su delivery solidario, porque le tiene alergia a la figuración y a las redes sociales. Sin fanfarria alguna, prestaba su camioneta a quien necesitara trasladar donaciones, ya fueran víveres, ropa o materiales de construcción, lo que sea.

El Pedromóvil, siempre cargado de bondad. Anda con cariño de 97 octanos.

 

Dada que era tanta la necesidad, y a contrapelo de su fobia a las candilejas, al final se creó un perfil en las redes para que las personas que requieran sus servicios puedan contactarlo con mayor rapidez.

 

Como era de esperarse, no ha parado en este último tiempo. Prácticamente está todo el día movilizando ayuda. Ha sido un colaborador clave en la red que tejieron meticulosamente los Guachacas del Bío-Bío con su Mapa Solidario, nos dice la guaripolesa del Botellón Regional, Claudia Valdés. Por ejemplo, hace unos días cargó, llevó y descargó una camionada de arena para mejorarle el chalet a una vecina del campamento Andrés Lamas, que vive con sus tres niños en una casita sin alcantarillado, de material liviano, donde más encima la fosa séptica inundó el patio. Ahí están los guachacas penquistas y unos cabros de la carrera de arquitectura ayudando con la construcción de un baño y, por supuesto, Pedro acarreando todo lo que se necesite acarrear.

La arena que llevó al campamento Andrés Lamas, que él mismo cargó y descargó.

 

Es incansable. Claudia resume su rol con estas palabras: “Es quien ayuda a que se movilicen las redes y lleguen los insumos de comida a las ollitas. Vuela por todos lados. Tiene un corazón generoso. Cuesta mucho que acepte estos reconocimientos, pero se los merece, porque es un corazón bonito que vale la pena destacar”.

Por eso mismo lo coronaron. Él, feliz: “Qué rico compartir en la red solidaria con estos actos que son actos de amor, son traslados de bendiciones”, dice.

Vea su coronación aquí:

 

Así que ya sabe. La solidaridad ahora tiene ruedas gracias al Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño. Y si tiene que echarle una manito de pintura al chalet, ya sabe también a quién preguntarle.