La reina Valentina Barraza hace germinar la solidaridad en Atacama

La reina Valentina Barraza hace germinar la solidaridad en Atacama

La Reina Valentina portando un potecito de lombrices y semillas para el huerto escolar.

 

¡Ah, jugar con tierra y lombrices! Uno de nuestros pasatiempos favoritos de la infancia, al menos antes de que inventaran los teléfonos inteligentes. ¿Se imagina que en el colegio a uno lo hubieran dejado hacerlo? En San Pedro, a 20 minutos de Copiapó, no solo permiten que los alumnos se ensucien las manitos, ¡es parte del currículum! En su calidad de escuela rural, allá tienen un huerto educativo donde combinan la práctica hortícola con la enseñanza de ciencias naturales. A cargo de este ramo tan entretenido está la joven ingeniera agrónoma y profe de corazón Valentina Barraza, nuestra nueva Reina Guachaca de San Pedro.

La monarca es “cosecha local”, nacida y criada en Copiapó. Estudió ingeniería agronómica en Santiago, en la Universidad Mayor, y luego trabajó unos años en distintas áreas del agro, tanto en la zona central como en la región de Atacama. Hasta que su carrera dio el gran vuelco.

“Mi llegada a San Pedro fue lo más bonito que me ha pasado en mi carrera profesional”, cuenta Valentina. “Por temas laborales, me tocó asistir un par de veces a la localidad, por lo que tenía conocimientos de la escuela. Un día, una exprofesional del establecimiento me comentó que buscaban un profesional del área del agro para hacerse cargo del huerto y de su estación experimental. No dudé en acercarme a la escuela, donde mi acogida inmediata”, prosigue.

Con sus alumnos, los agricultores que nos van a alimentar en el futuro.

 

Así que ahora su labor es formar a los pequeños agricultores del futuro. “Siempre digo que son ellos los que nos salvarán del tan temido calentamiento global. Las nuevas generaciones son las que llevan la vanguardia en temas tan importantes como la sustentabilidad agrícola. Comopaís, somos una potencia alimentaria y debemos formar líderes en estos temas tan importantes que nos conciernen a todos”, explica la soberana.

Hace clases en cursos de prekínder a octavo básico e impulsa la idea de construir un liceo agrícola en la localidad, para que los alumnos de media no tengan que viajar a Copiapó o Caldera para completar su enseñanza. “Tengo una alta expectativa en cada uno de mis alumnos y estoy segura de que mi idea se va a concretar más temprano que tarde”, señala con convencimiento.

Desde que la escuela permanece cerrada hasta nuevo aviso por culpa de la pandemia, la Reina Valentina no se ha quedado de brazos cruzados. Junto a nuestro otro Rey Guachaca de la zona, el profe-acuático César Verdejo, han recolectado víveres, agüita embotellada y otras cositas de primera necesidad para llevarlas a su querida San Pedro.

Camino a San Pedro con una carga de víveres.

 

Su entrega pedagógica y la importante labor educativa que realiza convencieron al Botellón Regional de Atacama de declararla nuestra reina. ¿Qué dijo ella? Sépalo aquí:

 

Reina Guachaca de Hualpén, la articuladora de buenas voluntades

Reina Guachaca de Hualpén, la articuladora de buenas voluntades

Si algo hemos aprendido este año es que las juntas de vecinos cumplen un tremendo rol articulando voluntades para capear las tormentas sanitarias y económicas. ¡Hoy ser presidente de una de estas juntas es más importante que ostentar el cargo de ministro!

Precisamente la nueva coronada que nos llega de la Región del Bío-Bío preside la agrupación vecinal Cerro Amarillo, en Hualpén. Y desde ese puesto, motiva a todo su barrio a cooperar y a salir en la búsqueda de alimento y abrigo para quienes lo están pasando más mal. Se trata de Sandra Jimena Scheinfelt.

Madre de tres hijos —una profe de inglés, una estudiante de derecho y un técnico en sonido, nos informa embargada por la chochitis—, la Reina Sandra es técnico asistente de educación diferencial, pero actualmente dedica todo su tiempo a trabajar por su comunidad. “Tengo la suerte de tener un esposo maravilloso que, gracias a Dios, tiene un trabajo estable como camionero y me apaña en todo lo que hago. Así que actualmente estoy abocada al trabajo de mi junta de vecinos y a las ollas comunes y, en la medida que puedo, ayudo a cada organización social que conozco o llega a mis oídos”, cuenta ella.

La Reina y su corte hualpenina.

 

Su base está en el Club Deportivo Antena, que les presta un espacio. Allí, con su equipo de voluntarios, organiza una ollita común todos los martes y sábados. Están llegando unas 145 personas a retirar las colaciones que preparan cada vez. “Mucha persona en situación de calle, mucho vecino que está cesante”, describe la soberana de Hualpén.  El nombre de este cacerolón ya es casi una marca registrada en la zona: Olla Popular.

Aparte de eso, colaboran con otros comedores solidarios y se esfuerzan por armar 24 canastas solidarias al mes, todo con las donaciones que hacen a diario los vecinos, lo que recolectan con las infaltables rifas y el apoyo de la Asamblea Popular Wallpen.

El retrato oficial de la coronación.

 

Pero la cuestión no es jauja, por eso aprovechó de hacer un tirón de orejas: “Hago un llamado a las autoridades para que los recursos que llegan desde el Estado sean repartidos a todos los vecinos que realmente lo necesitan, porque aquí en Hualpén se están levantando más de siete ollas comunes y eso significa que algo está pasando”.

También tuvo palabras de gratitud: “Gracias a los Guachacas de Concepción por estar siempre apoyándonos en toda nuestra zona, no solamente en algunos lugares. Un trabajo magnífico para toda esa gente de noble corazón, porque como decimos acá, que es nuestra frase típica, solo el pueblo ayuda al pueblo”. Amén.

Vea las primeras declaraciones de Su Majestad Sandra:

 

El rey de las olas

El rey de las olas

Nuestro nuevo soberano en el campeonato Atacama Invernal, prepandemia, obviamente.

 

César es de esos profes con vocación que uno después recuerda con cariño en las reuniones de exalumnos. Por sus destacados atributos pedagogísticos y porque se ha sacado la mugre en estos meses gestionando y llevando ayuda a la localidad donde trabaja, nuestro Botellón Regional Atacameño resolvió proclamarlo soberano guachaca.

Nacido y criado en Quintero, el nuevo coronado vivió su buen rato en Caldera, para luego trasladarse al interior del desierto, donde lleva cinco años trabajando en la Escuela San Pedro, de educación básica, ubicada a 20 minutos de Copiapó. Imparte clases de educación física, la asignatura especialista de su título, además de ciencias naturales en segundo ciclo, para parchar la escasez de docentes. También estuvo a cargo del huerto de la escuela por un tiempo.

Se trata de un establecimiento escolar con características rurales, aclara él, y eso le fascina: por la cercanía con la comunidad, por la estrecha relación que tienen los alumnos con el campo y sus costumbres, y porque son secos para la cueca. “Es difícil encontrar estudiantes a los que les guste la cueca. Incluso en la región tenemos segundos y terceros lugares en cueca rural”, cuenta sacando pecho.

Por si fuera poco, también son buenos para el bodyboard. Sí, leyó bien. Aunque están metidos en medio del desierto, muchos niños son fanáticos de montar olas, y el responsable de eso es, en gran medida, César.

El monarca practica este deporte desde los tiempos en que vivía en Caldera, donde hay muy buenas playas para deslizarse de guatita surcando el océano. De hecho, ahí se llevan a cabo todo tipo de competencias acuáticas. Hoy César es secretario del Club Atacama Bodyboard. El año pasado, este grupo de ases del mar concretó uno de sus proyectos más preciados, una escuela formativa gratuita para brocacochis de entre 10 y 14 años.

No es llegar y enseñarles body a un grupo de menores de edad. Los implementos son caros (buzos, tablas), además de que el riesgo de ahogarse requiere de la atenta y permanente supervisión de salvavidas e instructores. Pero ellos se consiguieron todo lo necesario gracias a un Fondo Nacional de Desarrollo Regional que se ganaron y al apoyo logístico de los propios miembros del club.

Así, durante cinco meses estuvo César acompañando a niños copiapinos hasta la playa Rodillo en Caldera, donde les ensenó a correr olas y a hacerse amigos del mar.

César haciendo clases.

 

“Tuvimos una muy buena recepción por parte de la comunidad y los estudiantes que se sumaron, como también de las familias que confiaron en nosotros”, comenta. De hecho, a los niños les gustó tanto que hasta el día de hoy le preguntan si van a volver las clases. En el club están a la espera de los resultados de otro concurso de fondos regionales. Aunque, con o sin fondo, igual siguieron en contacto con los alumnos durante el verano. “Si se podía ir al agua, se dejaba la invitación a acompañarnos para seguir sumando experiencias”, cuenta el rey.

“Como docente, este es uno de los proyectos que mejores momentos me ha dejado. Las familias, los miembros del club y sobre todo los niños logramos conformar un grupo muy lindo de personas, donde la camaradería, la empatía, el afecto y el respeto por el océano estaban presentes”, añade.

La pandemia les puso candado a las incursiones marítimas, y a todas las clases en general, algo que tiene a nuestro rey muy preocupado. “Uno de los efectos que más nos preocupa de la pandemia es que el encierro no permite brindar las oportunidades de desarrollo, crecimiento, de vivir experiencias y aprendizajes que sí dan los espacios de la escuela, donde los muchachos pueden sociabilizar con su entorno, o el solo hecho de poder entregarles una palabra de apoyo o cariño, algo que siempre es recíproco”, dice. ¡Los echa de menos! Y hace un llamado: “Esperemos que se tomen las decisiones correctas y se pueda controlar pronto la pandemia para volver con más fuerza y ganas de formar una sociedad informada y preocupada por el prójimo”.

Vea el primer mensaje monárquico del Rey César aquí:

 

Y así cubrió la tele regional el gran proyecto de clases formativas aquí.

 

 

Reina Sayonara Moreno, una líder innata

Reina Sayonara Moreno, una líder innata

 La Reina Sayonara junto a la directora regional de la Cruz Roja, Gladys Callejas, y a la Hermana Neve.

 

“Sayonara” en japonés quiere decir “adiós”, “chaíto” o “los Belmont”, pero la nueva Reina Guachaca de Los Changos (Coquimbo), Sayonara Moreno, le da un nuevo significado al vocablo nipón: empuje, resiliencia, compañerismo…

Ella, como muchas mamás chilenas, ha asumido sin titubear el liderazgo de su comunidad. Nacida en Arica, llegó con diez añitos a Coquimbo. Hace una década, arrendaba con su pareja y tres familias en el sector alto del puerto pirata, en Canelo. Un día, caminando por las peñas, uno de los miembros de estas familias cachó que había un amplio terreno desocupado, ideal para instalarse con camas y petacas, así que les propuso ir a conocerlo. “Así surgió la idea de vivir en este hermoso lugar”, cuenta la Reina Sayonara.

De esa forma, con solo tres familias fundadoras, nació la toma Los Changos, que hoy lucha por hacerse un espacio digno en el mundo. A medida que fueron llegando más vecinos, surgió la necesidad de organizarse para conseguir los servicios básicos de luz y agua. Alguien debía asumir como vocera y nuestra monarca dio un paso adelante, pese a que es responsable de la crianza de tres hijos. “Desde chica me ha gustado ser líder en todo tipo de actividades. Desde ahí no he parado”, comenta.

Ya son 174 familias las que conforman el campamento Los Changos. Sayonara ha establecido redes y trabaja con Un Techo para Chile. Igual les ha costado. “Tenemos luz y agua, pero todas las familias estamos colgadas, esa es nuestra realidad”, añade. Además, su permanencia no está asegurada. “Por esta toma, hay un gran proyecto que se llama Parque Las Rocas, así que no hay ninguna posibilidad de que nos podamos quedar acá, ya que nunca podremos regularizar nuestra situación”, explica.

A eso se suma la incertidumbre que trajo la pandemia. Sin embargo, ella enfrenta los problemas con optimismo. Por lo pronto, ha organizado la olla de rigor para distribuir el papeo entre los vecinos y continúa poniéndole color.

Nuestra guaripolesa en la región papayera, la Hermana Nevenka, quiso destacarla como Reina Guachaca y nosotros solo decimos “¡kon’nichiwa, nueva monarca!”

 

He aquí la coronación en toda su extensión:

Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño

Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño

En estos tiempos de apreturas, el despacho a domicilio, o “delivery”, se ha convertido en una peguita salvavidas para muchos. Pero el nuevo rey Guachaca de Conce, Pedro Cartes, llevó el asunto un paso más allá. Convirtió el delivery en un acto de solidaridad.

Pedro, un orgulloso papá y representante comercial de una colorida marca de pinturas,  presta un servicio de despacho gratuito a todas las causas sociales que necesiten movilizar ayuda dentro y fuera del Gran Concepción.

Él venía colaborando por muchos años en actividades benéficas, especialmente para Aldeas SOS y niños de escasos recursos de escuelas rurales de Hualqui. Se compró su camioneta justamente porque faltaban transportes adecuados cuando había emergencias. De ese modo, empezó piolamente con su delivery solidario, porque le tiene alergia a la figuración y a las redes sociales. Sin fanfarria alguna, prestaba su camioneta a quien necesitara trasladar donaciones, ya fueran víveres, ropa o materiales de construcción, lo que sea.

El Pedromóvil, siempre cargado de bondad. Anda con cariño de 97 octanos.

 

Dada que era tanta la necesidad, y a contrapelo de su fobia a las candilejas, al final se creó un perfil en las redes para que las personas que requieran sus servicios puedan contactarlo con mayor rapidez.

 

Como era de esperarse, no ha parado en este último tiempo. Prácticamente está todo el día movilizando ayuda. Ha sido un colaborador clave en la red que tejieron meticulosamente los Guachacas del Bío-Bío con su Mapa Solidario, nos dice la guaripolesa del Botellón Regional, Claudia Valdés. Por ejemplo, hace unos días cargó, llevó y descargó una camionada de arena para mejorarle el chalet a una vecina del campamento Andrés Lamas, que vive con sus tres niños en una casita sin alcantarillado, de material liviano, donde más encima la fosa séptica inundó el patio. Ahí están los guachacas penquistas y unos cabros de la carrera de arquitectura ayudando con la construcción de un baño y, por supuesto, Pedro acarreando todo lo que se necesite acarrear.

La arena que llevó al campamento Andrés Lamas, que él mismo cargó y descargó.

 

Es incansable. Claudia resume su rol con estas palabras: “Es quien ayuda a que se movilicen las redes y lleguen los insumos de comida a las ollitas. Vuela por todos lados. Tiene un corazón generoso. Cuesta mucho que acepte estos reconocimientos, pero se los merece, porque es un corazón bonito que vale la pena destacar”.

Por eso mismo lo coronaron. Él, feliz: “Qué rico compartir en la red solidaria con estos actos que son actos de amor, son traslados de bendiciones”, dice.

Vea su coronación aquí:

 

Así que ya sabe. La solidaridad ahora tiene ruedas gracias al Rey Pedro Cartes, el Repartidor de Cariño. Y si tiene que echarle una manito de pintura al chalet, ya sabe también a quién preguntarle.

¡Avalancha en Antofagasta… de Reyes Guachacas!

¡Avalancha en Antofagasta… de Reyes Guachacas!

Luz de Esperanza, el ejército solidario que conduce la Lula (aka Luz Castillo), reciente Reina Guachaca, se tomó a pecho el llamado a “poner la corona”. Han coronado a una tracalada de compipas generosos que participan en sus obras benéficas, que suelen desarrollarse en campamentos, como Ayudando por un Sueño, La Quebrada y Los Arenales. Aunque ahora último han estado concentrados en la construcción y refacción de casas de personas que viven en malas condiciones. Por ejemplo, le construyeron una casita nueva de paquete a la abuelita Luz, del barrio del Centro Penitenciario, con más de 50 voluntarios. Hoy le están cambiando el techo y haciéndole un baño nuevo a Angie, en el barrio Borja. Ella sufre parálisis cerebral y vive sola, ya que sus padres murieron.

¡Así que merecidas las coronas!

1.- Ana Oyarce, paramédico / 2.- Andrey Blanco, trabajador / 3.- Catalina Chávez, estudiante / 4.- Eduardo Cortez, albañil / 5.- Elías Barraza, trabajador independiente / 6.- Eliser Castillo, trabajador comercial / 7.- Jesús Oyarce, trabajador portuario / 8.- Juliana Chávez, estudiante / 9.- Katherine López, trabajadora social / 10.- Manuel Alias, trabajador independiente / 11.- Matías Orrego, paramédico / 12.- Nilda Faúndez, trabajadora social / 13.- Ramón Flores, ingeniero mecánico / 14.- Valentina Cortez, ayudante solidaria / 15.- Yerko Manquez, electricista / 16.- Yizzie Carmona, dueña de casa